29 ago 2011

UFC, boxeo y cómo la avaricia rompe el saco

UFC (Ultimate Fighting Championship) es la mayor promotora de artes marciales mixtas (amm) del mundo. Las amm han vivido un crecimiento exponencial en Estados Unidos en los últimos años, siendo unos de los deportes más populares entre los jóvenes. Por contra, el boxeo, aunque sigue siendo el rey de los deportes de contacto, pierde fuelle y la edad media de sus seguidores empieza a ser cercana a la jubilación.

¿Cambio de gustos? No creo. Al igual que el fútbol no afecta a los seguidores de baloncesto, o el kárate no perjudica al judo, el boxeo y las artes marciales tienen espacio suficiente para desarrollarse, e incluso, relacionarse. En esencia, lo que realmente separa a estos deportes, es la organización, promoción y métodos de explotación  de los mismos. Del cómo unos y otros crían y cuidan a sus gallinas de los huevos de oro.


UFC es una especie de monopolio. Los mejores del mundo están en la empresa. Si quieres ser alguien, sabes dónde hay que estar. Actualmente tiene 5 categorías (peso pesado, semipesado, medio, welter y ligero) y por tanto, algo que sorprenderá a los aficionados al boxeo, 5 campeones. Además se promueve la confrontación de estos y los mejores aspirantes, sin peleas de relleno ni defensas voluntarias ante bultos.

Un campeón por categoría y defendiendo ante los mejores. Impensable en las 16 cuerdas. En el boxeo tenemos ¡4 campeones por categoría!, por no hablar, además, de los títulos inventados de supercampeón, campeón interino y demás ponzoña que hay en los 17 pesos existentes. La organización mundial del boxeo está fragmentada principalmente en 4 grupos: Consejo, Asociación, Federación y Organización. Casi nada.


Además no nos olvidemos del peso e interés de las promotoras, Golden Boy Promotions, Top Rank o Don King Productions, entre otras. Vemos que la cola es casi tan larga como la del paro. Demasiados comensales para tan poco caldo. Y mientras este río revuelto amenaza con ahogar a todos los que hay dentro, otros mejor organizados, aprovechan la situación para asentarse en un mercado con el que otrora era impensable competir.

Las “organizaciones” deberían reflexionar sobre esta situación. Buscar unificaciones periódicamente, acabar con campeones de bajo perfil, enfrentar a los mejores… con los mejores. Dejen de engañar y asfixiar a la gallina. No se olviden del respeto debido a este deporte legendario. No se olviden del respeto a los boxeadores. No se olviden del respeto a los aficionados, que son, nada más y nada menos, el principal activo de este negocio.

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