2 ene 2012

Ward y Taylor, cara y cruz del Super Six

El torneo Super Six World Boxing Classic de peso supermedio trataba de atraer los focos a una división algo desaliñada, con un concepto de competición atractivo e, incluso, ejemplar. Algunas bajas significativas durante su desarrollo y una audiencia correcta sin más, fueron los puntos menos positivos de una competición que nos permite comprobar la pasta de fabricación de los protagonistas.

Los boxeadores inscritos eran el campeón de la AMBMikkel Kesler, el del CMBCarl Froch, Arthur Abraham, Andre Dirrell, Jermain Taylor y el medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004, Andre Ward. Como ya sabrán, la final fue asunto del británico Froch y el estadounidense Ward, proclamándose este último como vencedor absoluto y boxeador del año 2011.
Pero ni por asomo era el favorito. Ward supone una bocanada de aire fresco en su división y en el boxeo en general, una figura destinada a escribir, con distinción y elegancia, su nombre en el libro de visitas de este deporte. Ha sido, sin duda, el principal beneficio aportado por este concurso de todos contra todos, tan raro de ver hoy día por intereses de personajes que controlan el destino de los deportistas.

Batir al legendario Bernard Hopkins, en dos ocasiones, es algo al alcance de muy pocos, así que Jermain Taylor era un tipo especial. “Bad Intentions” venía a este campeonato con intención de redimirse y reconducir su carrera, que había encontrado en Kelly Pavlik (hoy en el limbo del boxeo por sus problemas con el alcohol) el mayor bache de su vida con un par de derrotas consecutivas.
Un punto de inflexión que nunca llegó. Sus fracasos ante Froch y Abraham, ambos antes del límite, precipitaron su retiro temporal en busca de una solución. Su mente no estaba en lo que celebraba y su cuerpo no era cuidado como se esperaba. Tras una recuperación de dos años, en todos los aspectos, reapareció este viernes con una cómoda victoria, la que se supone primera piedra en la reconstrucción de su gloria.

Quizá ya sea tarde y no pueda superar su excelso año 2005, él es un hombre diferente y sus rivales también. El Super Six nos ha mostrado la dura ley de la naturaleza: lo antiguo y débil cede ante lo nuevo y fuerte. El ahora y el futuro pertenecen a ese chico que tiene por inspiración a ‘Maravilla’ Martínez. “Me encantan las grandes peleas. Quiero luchar con los mejores y ganarles. Ese chico llamado Andre Ward.

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