30 ene 2012

Lo que está por venir... o no

Llevamos un mes en 2012 pero en el planeta boxeo todavía es una fecha a estrenar. Las peleas de mayor repercusión se encuentran en las categorías medianas y, estas, viven un clima de incertidumbre fruto de la dependencia actual del propio deporte de dos de las mayores estrellas de la actualidad, cuya luz ciega cualquier paso que se dispongan a dar los demás.

Febrero es el encargado de dar la bienvenida a las primeras noches con protagonistas relevantes, como son Nonito Donaire, Andre Berto, Víctor Ortíz , Vitali Klitschko o JC Chávez Jr, pero más allá poco se dilucida todavía. Una escena nada extraña en la actualidad social aparece: hay más estrellas paradas ahora mismo que con planes de actividad.


Pero ojalá que todo fuese tan complicado de resolver como esto. Cuando Floyd Mayweather y Manny Pacquiao se pongan de acuerdo en su desacuerdo, el resto de piezas irán encajando solas con total naturalidad. Lo cierto es que Floyd peleará el 5 de mayo en Las Vegas, contrato mediante lo asegura, y posiblemente ante Miguel Ángel Cotto.

No sabemos si su intención era otra, pero el boricua es el favorito para hacer la que supuestamente iba a ser “la mayor pelea posible. El filipino podría decantarse por un combate de ‘preparación’, pensando en un futurible enfrentamiento con Mayweather en noviembre, ante un peligroso Timothy Bradley. Así JM Márquez olvidaría añadir otro capítulo a su serie con ‘Pacman.


El mexicano estaría interesado en un nuevo cinturón y Lamont Peterson sería buen trofeo de caza, si Amir Khan no se interpone, con sus amigos de los despachos, con una inmediata revancha. Este rompecabezas puede quedar finalmente resuelto en unos días, ya que el tiempo pasa y el dinero no ganado es dinero que no vuelve. Y eso a nadie le interesa.

Se echa de menos en estas quinielas a Sergio Martínez, quien se ve obligado a combatir con boxeadores de alto nivel pero de poca atracción, lo que provoca que no saque el máximo provecho a sus últimas peleas en activo y que los aficionados no puedan ver al campeón ante los, teóricamente, mejores. Pero quién sabe lo que nos espera este año.

2 ene 2012

Ward y Taylor, cara y cruz del Super Six

El torneo Super Six World Boxing Classic de peso supermedio trataba de atraer los focos a una división algo desaliñada, con un concepto de competición atractivo e, incluso, ejemplar. Algunas bajas significativas durante su desarrollo y una audiencia correcta sin más, fueron los puntos menos positivos de una competición que nos permite comprobar la pasta de fabricación de los protagonistas.

Los boxeadores inscritos eran el campeón de la AMBMikkel Kesler, el del CMBCarl Froch, Arthur Abraham, Andre Dirrell, Jermain Taylor y el medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004, Andre Ward. Como ya sabrán, la final fue asunto del británico Froch y el estadounidense Ward, proclamándose este último como vencedor absoluto y boxeador del año 2011.
Pero ni por asomo era el favorito. Ward supone una bocanada de aire fresco en su división y en el boxeo en general, una figura destinada a escribir, con distinción y elegancia, su nombre en el libro de visitas de este deporte. Ha sido, sin duda, el principal beneficio aportado por este concurso de todos contra todos, tan raro de ver hoy día por intereses de personajes que controlan el destino de los deportistas.

Batir al legendario Bernard Hopkins, en dos ocasiones, es algo al alcance de muy pocos, así que Jermain Taylor era un tipo especial. “Bad Intentions” venía a este campeonato con intención de redimirse y reconducir su carrera, que había encontrado en Kelly Pavlik (hoy en el limbo del boxeo por sus problemas con el alcohol) el mayor bache de su vida con un par de derrotas consecutivas.
Un punto de inflexión que nunca llegó. Sus fracasos ante Froch y Abraham, ambos antes del límite, precipitaron su retiro temporal en busca de una solución. Su mente no estaba en lo que celebraba y su cuerpo no era cuidado como se esperaba. Tras una recuperación de dos años, en todos los aspectos, reapareció este viernes con una cómoda victoria, la que se supone primera piedra en la reconstrucción de su gloria.

Quizá ya sea tarde y no pueda superar su excelso año 2005, él es un hombre diferente y sus rivales también. El Super Six nos ha mostrado la dura ley de la naturaleza: lo antiguo y débil cede ante lo nuevo y fuerte. El ahora y el futuro pertenecen a ese chico que tiene por inspiración a ‘Maravilla’ Martínez. “Me encantan las grandes peleas. Quiero luchar con los mejores y ganarles. Ese chico llamado Andre Ward.

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