29 oct 2013

Deontay Wilder, otra esperanza negra, ¿seguro?

El peso pesado Deontay Wilder, famoso por lo rotundo de sus números (30-0, 30 KO), se erige como la nueva gran esperanza negra, y americana, en la categoría reina del boxeo, etiqueta que también fue colgada hasta no hace mucho a Seth Mitchell (26-2-1; 19 KO), antes de diluirse en dos derrotas antes del límite. Con este precedente de mucho ruido y pocas nueces, debemos sospechar de Wilder.

Mitchell era también un protegido de Golden Boy. Tenía todo a su favor: invicto, pegador, negro y estadounidense. Olía a dinero. Su mayor reto estaba fijado para el 17 de noviembre de 2012, cuando se enfrentaría a Johnathon Banks (entonces 28-1-1; 18 KO), en una eliminatoria para disputar el título mundial a Vitali Klitschko. Perdió por KOT en 2 asaltos. La primera en la frente.

Rápidamente su promotora corrió un tupido velo, organizó inmediata revancha y ganó por decisión unánime. Fue sólo un contratiempo, un leve retraso en los planes. Encarrilado, sus manejadores le daban la oportunidad de disputar el título Internacional CMB, de cara a un futuro choque con los Klitschko. Y otra vez perdió por KO. El que le propinó Chris Arreola en el primer asalto.

La etiqueta de ‘gran esperanza negra’, tan atractiva ella, quedó vacante por poco tiempo. Wilder acaparó la atención con su porcentaje de KO del 100%, su alzada de 2 metros y gran alcance, ideal para luchar con los ucranianos utilizando sus mismas armas. Frenar al fuego con fuego. Su historial de víctimas está lleno de nombres discretos y algún campeón mundial fugaz, como Siarhei Liakhovich.

El sábado ha vuelto a ganar antes del límite y su promotora ya trabaja en enfrentarlo a Bermane Stiverne (23-1-1; 20 KO), nº 1 en el ranking del Consejo Mundial, en previsión de que el vigente campeón Vitali Klitschko, deje vacante el cinto en pos de centrarse en su carrera política. De concretarse, Wilder debería ganar por juventud, tamaño y potencia, para después enfrentarse Wladimir. Pero paso a paso. Stiverne es la piedra de toque que evaluará su nivel real.

Si supera ese examen, Estados Unidos por fin volvería a presumir de un campeón en los pesos pesados, al menos durante el tiempo que tarde en enfrentarse a Wladimir. Wilder tiene mucho que mejorar, empezando por la defensa. Su ventaja de alcance y pegada no servirían en ese caso. La historia es cíclica y tengo la sensación de experimentar un déjà vu. Dicen que este es el bueno, pero yo veo un Mitchell más espigado.

1 oct 2013

Si no sabes entrenar, pa’ qué te metes

El encuentro entre Julio César Chávez Jr y Brian Vera ha terminado tras una serie de catastróficas desdichas, desde los cambios de peso, al resultado en las cartulinas. Un esperpento. Si hay una forma de asustar a posibles interesados y hacer perder la fe a los pocos estoicos que siguen semana a semana este deporte, son más eventos como este.

Hablan de robo. No me gusta abusar de esa palabra, y menos en un combate cuyo margen de maniobra es de un asalto. Dejémoslo en resultado polémico, ya que la polémica permite el debate. Ganó Vera, vale; ganó Chávez, ok; empataron, estupendo. Pero no veo, en ningún caso, ganador por una ventaja de hasta 6 puntos, como marcó algún juez. Ahí reside lo indignante, que hay quien nos quiere tomar por mamelucos.

Se entiende el mayor apoyo de los espectadores a Vera porque era todo desparpajo, energía e iniciativa, mientras que el mexicano era sinónimo de cansancio, lentitud y mínimo esfuerzo. Se anotaba una, dos manos potentes, y ya. Mientras su rival no paraba de picotear, Chávez seleccionaba sus golpes poderosos y la gasolina parecía escasear desde el comienzo. Con todo, pudo finalizar el pleito en el 7º. En fin, cada cual tiene su criterio.

Dejando a un lado lo puramente boxístico, la previa de esta pelea fue lamentable. Inicialmente firmada en 163 libras, luego pasó a 165, engordó hasta las 168 y finalmente se acordó en 173. ¿Esto es serio?. Compensación económica para Vera por tal falta de profesionalidad. Y por jugarse la salud y aceptar una derrota, imagino. Top Rank tendría que controlar más a sus estrellas. Se deberían tomar más medidas contra las negligencias graves de peso.

¿Tanto ruido por fumar un simple porro y se hace oídos sordos a esta deformación de un combate?. También hay que observar que la influencia de Chávez padre, en su esquina, no surte efectos en la motivación de su hijo. Tengo la sensación de que cuando da indicaciones lo hace pensando más en él mismo como boxeador que en las cualidades de su vástago. Y si comulgamos con la máxima: ‘Se pelea como se entrena’, mejor no entremos a valorar la preparación.

Cantaban a Manolete aquello de que si no sabía torear para qué se metía. Chávez Jr tiene talento y cualidades, quizá no para ser el mejor, pero sí para llegar a campeón mundial (máxime habiendo 4 por división), como ya fue. Pero eso no basta. Hace falta querer y creérselo. Sacrificios. Pasa el tiempo y esos defectos no terminan de pulirse y nadie en el entorno hace por cambiarlo. O quizá no se pueda. Una lástima, porque madera tiene.

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