12 dic 2011

‘King’ Khan es derrocado

La que puede considerarse como una de las candidatas a pelea del 2011, año que morirá dejando buen boxeo, significó el triunfo de un insistente y laborioso Lamont Peterson sobre el eléctrico Amir Khan. Hace más de 200 años, el general Washington lideró a un grupo de rebeldes contra el Reino más poderoso. Hoy, en la ciudad que lleva su nombre, otro estadounidense levantó ampollas a un rey inglés.

La noche empezaba bien para Khan, mostraba su velocidad con diversas combinaciones y se movía con elegancia y armonía por el cuadrilátero. Curiosamente, resultó ser un espejismo. Peterson, en su papel de jornalero del ring, persiguió con constancia a su rival, como cantero que pica la piedra, agrediéndolo con mazazos que perforaban la defensa de papel del británico, que empezaba a sorprenderse.


La contienda estaba igualada, el campeón partía con el punto extra que da ser el titular de los cinturones y con un derribo a su favor nada más empezar el encuentro. El rumbo fijado nos llevaba, probablemente, a una victoria apurada. Pero este sábado recordamos que en el cuadrilátero hay 3 personas. El árbitro contribuyó al destronamiento del ‘King’ quitándole dos puntos por juego sucio reiterado.

Cierto es que el uso del codo y los empujones es algo propio y demasiado consentido en  las Islas, y Khan lo usó demasiado en esta ocasión, pero tampoco es menos cierto que las embestidas del púgil local no fueron si quiera advertidas una sola vez por el director de la contienda. Joseph Cooper no fue capaz de manejar la pelea como se debe, con discreción, sutileza y autoridad.


Dicho lo cual, no debemos olvidarnos del evento en sí. Una complicada contienda para Amir Khan, más de lo esperado. El considerado como uno de los mejores boxeadores del mundo libra por libra, no lució como se suponía. En ocasiones sonrojaba su faceta “correcaminos” ante la ineficacia de su defensa y lo fallido de su tino. Los pupilos de Freddie Roach no terminan el año convenciendo...

Rumores de revancha hablan del 31 de marzo como fecha para el retorno del rey. “Si te crees el mejor, la cosa puede ir mal”, decía en el preámbulo. Puede tratarse de un toque de atención, un aviso a navegantes de que todo mar es traicionero. Esperemos que la próxima vez los únicos protagonistas sean los deportistas, y que no sea un secundario quien quite patas al trono para provocar la caída del monarca.


5 dic 2011

Margarito se marchita

El ‘Tornado de Tijuana’ no ha soplado tan fuerte como en su primer encuentro contra Miguel Ángel Cotto, allá en un lejano 2008, y ha permitido que el boricua se tome su 'vendetta' particular, tal y como se presumía, para ser honestos. El combate discurrió sin trifulcas y con un dominio total por parte del campeón, bien preparado física y tácticamente, dosificándose.

Y metiendo el dedo en el ojo ajeno. El punto débil de Antonio Margarito era ya mundialmente conocido y la mayoría de los golpes fueron diseñados para causar el mayor desgaste posible. Y funcionó, quedando tuerto en los primeros asaltos y siendo su perdición por prescripción médica. El mexicano se lo jugó todo a una carta, a encontrar un KO salvador.


Pero esta vez no llegó. Es cierto que, por momentos, Cotto parecía flojo de piernas e incluso se paraba innecesariamente a combatir en las trincheras, cabeza con cabeza, quedando su rostro más arañado que el de su rival, pero fue claramente superior. Si el destino les hubiera llevado hasta el final, se encontrarían con una victoria unánime para el vigente titular. Y con un derrotado con un ojo más hinchado.

En este deporte un guerrero sobrevive si tiene dos elementos al 100%: la mente y el cuerpo. Margarito demuestra que conserva ese hambre, ese corazón, “moriré en el ring si es necesario” es su filosofía, por muy estúpida que le parezca a Cotto. Pero el otro elemento falla. Se le nota lento, sin la chispa explosiva, llegando esa decisiva fracción de segundo tarde. Además de su salud…


A estas alturas cabe recapacitar y ver las cicatrices que uno tiene en el cuerpo de tantas y diferentes guerras sobrevividas. En los últimos tiempos, Margarito viene de recibir duras palizas a manos de Shane Mosley, Manny Pacquiao y, ahora, de Miguel Cotto, ganando sólo una de sus últimas cuatro peleas. Es joven, 33 años es una edad óptima para el boxeo actualmente.

Pero lo que importa no son los años, sino el uso dado a los mismos. Margarito ya no es un boxeador top. Sólo tiene una marcha, salir a noquear, pero no es suficiente y parece algo quemada. Debe tomarse su tiempo y volver a buscar victorias que le devuelvan crédito. O bien, dedicarse a su familia, vivir acorde con su riqueza, ser feliz fuera del ring con salud. Al fin y al cabo, ese es el título más importante.

29 nov 2011

El ‘Canelo’ que quiere ser ‘Travieso’

La pelea contra Floyd es lo que quiero, ya tengo más experiencia y madurez para enfrentarlo y la gente quiere rivales más exigentes”, esas son la palabras de un joven campeón mexicano de 21 años, actual titular superwelter de la WBC, que quiere enfrentarse al, posiblemente, mejor boxeador del mundo. O bien sólo busca promocionarse y tener la opción de una gran bolsa.

Es lo que quieren todos. Obtener una suma rimbombante ante Floyd Mayweather, vivir una experiencia única en el deporte, desde sus entrenamientos, promociones, publicidad… a su batalla final, todo a cambio de pagar el peaje de la derrota. A día de hoy, sólo hay dos boxeadores que quizá logren escabullir esa imposición y aún así, difícil sería la evasión. Fuera de estos, nadie más.


'Canelo' Álvarez -decía- es un joven campeón que muestra grandes dotes para el boxeo y, sobretodo, una madurez en el tapiz impropia de su edad. Tiene una espalda ancha en la que soporta toda la presión y el circo que le rodea, como si no existiese la gravedad. Tiene los medios y la ambición necesarios para ser un gran campeón si ningún tipo de duda que le haga sombra. Pero el camino se hace paso a paso.

El mismo día en que Álvarez despachó a un caduco Cintrón, otro mexicano, este de 32 años, se proclamaba campeón de la WBO en una extenuante pelea, logrando así su cuarto cinturón mundial ‘absoluto’ (los interinos son invento del diablo). El ‘Travieso’ Arce tal vez no tenga las virtudes técnicas o físicas de otros, pero en su propiedad posee algo que ni se compra, ni se entrena: un corazón macanudo.


Un hombre echo a sí mismo, que ha llegado a lo más alto sin apadrinamientos ni proteccionismos, y cuya honestidad conoce todo aficionado que ve en él un sello de garantía para el espectáculo. Su nuevo reto, enfrentarse a Nonito Donaire, el Mayweather de los ‘pequeños’. Le llega en un buen momento, sin nada que demostrar, con todo por ganar y un gran cheque que recibir.

‘Canelo’ tiene prisa por hacer crecer su figura. A buen seguro que querrá superar los títulos del ‘Travieso’ o de Erik Morales, y deberá aprender de ellos. Quemar etapas, crecer y consolidarse como luchador, no ser una estrella fugaz. La edad es sólo un estado mental. Si logra mantener el ‘hambre’ en el tiempo y encarar cada pelea como si fuese la última, estaremos ante el próximo héroe mexicano


21 nov 2011

Chávez, cada vez menos Junior

La noche del sábado era la fecha señalada para que ‘El hijo de La Leyenda’ realizara su primera defensa del título WBC logrado ante el alemán Sebastian Zbik el 4 de junio. Campeón más que discutido por el modo en que se erigió candidato a este título y por su ‘selección’ de rivales a batir, Julio César Chávez Junior debía demostrar que es un digno portador de ese cinturón.  Y a fe que lo hizo.

Dominó una pelea, “la más difícil de mi carrera” dijo en la previa, mostrando lo mejor de sí mismo, sus atributos más lucidos. Desde su atalaya de de más de 1.80 y con un alcance superior a los 185 centímetros, Chávez Jr. ejecutó un gran bombardeo selectivo sobre su rival estadounidense, el también junior, Peter Manfredo Jr., que se confirma como un cenizo en las grandes citas.


El caramelo tiene un bonito envoltorio. Con los mejores medios, dirigido por el entrenador de Pacquiao, Freddy Roach, y con el aura de su legendario padre impregnándolo todo, este chico se va haciendo mayor y busca su propio camino. Sabe moverse en la distancia, tiene poder en sus puños y sabe tomarlas cuando es necesario, pero también cuando no lo es… todavía quedan cosas por mejorar.

Lo importante es que ha dado una grata impresión, un paso adelante en su madurez como boxeador. Pero no olvidemos que se trata del campeón, quien no tiene tiempo para crecer si no es en la propia batalla, al que se le deben exigir las más altas metas y, sobretodo, que no debe huir de nadie. Y tiene experiencia para ello. Marvin Hagler o Gorilla Jones fueron campeones a su misma edad, 25 años.


10 años más, a los 35, tardó en hacerse con el cinto el legítimo campeón del título WBC, el tercer mejor boxeador libra por libra del mundo, ‘Maravilla’ Martínez, quien fue despojado del mismo en los despachos de forma lamentable. Ahora es el momento de impartir justicia y exterminar las dudas. “Lo que diga mi promotor… pero no tengo miedo a nadie” remarcó el mexicano.

La lógica del deporte nos llevaría a un Chávez Jr-Martínez pero ‘su promotor’ le ofrecerá como ‘mejor opción’ verse las caras con ‘Canelo’ Álvarez, quien debe recuperar su cuota de favoritismo el 26 de noviembre ante Kermit Cintrón, tras la exhibición del Junior. Será un gran evento en México, pero también otra finta a Martínez. Hasta entonces, Chávez será el campeón, pero no el mejor.

14 nov 2011

Pacquiao vs Márquez, la historia interminable

Pacquiao-Márquez III, un trámite para el “Rey libra por libra” antes de firmar el mayor contrato de su vida con Mayweather. Ese era el guión esperado. Craso error. Nunca subestimes a un guerrero azteca. Juan Manuel Márquez, de 38 años, encaraba a un rival en el cenit de su carrera, trataría de buscar la sorpresa, cobrar una buena bolsa y disfrutar de su caudal con la añorada familia.

El precedente en el peso pactado tampoco era halagüeño. Prometía su mejor acondicionamiento, un entrenamiento novedoso y una gran dirección en la esquina. Pero ya nos conocemos esas historias, las palabras se las lleva el viento. Pero, en este caso, ni un monzón filipino pudo con ellas. De hecho, ni se desató esa tormenta, en todo caso, un choque de vientos de similar intensidad. 


Esta edición fue diferente a las anteriores. Se conocían bien, se respetaban, su ritmo estaba contenido, reservándose los últimos 10 segundos de los primeros asaltos para improvisar alguna escaramuza más parecida a las batallas precedentes. Fue una lección de boxeo, noble, limpio y con la pausa suficiente para disfrutarlo al mismo tiempo que preguntarse quién había ganado la ronda.

Esta sí fue una pelea con buen uso de la estrategia, (nada que ver con la birria de Narváez y Nonito), en la que se erige como claro vencedor Don Ignacio Beristain, quien parece haberle dedicado todo el tiempo a Márquez y olvidarse de Alfredo Angulo, lo cual sería una estafa, o bien “El Perro” no siguió sus indicaciones, lo cual fue una insensatez, visto el resultado.



¿Y Pacquiao? Se hace extraño que, en una pelea triunfal del astro asiático, no sea quien se lleve los titulares. Lo cual dice lo inesperado de la actuación de su oponente, y lo discreto de la suya. Un Pacquiao inédito, descafeinado, (¿pensando más en la política?), de mirada perdida, desorientado en su esquina con diferentes y políglotas consejos, seguía sin encontrar la medicina para inmunizarse de su kriptonita mexicana. 

Y van 36 asaltos. Sin novedad en el frente. ¿Cuarto combate? Para qué. Estos dos deportistas dejan una de las mejores trilogías del boxeo y a los aficionados divididos, con argumentos sólidos para ambas partes. Manny no fue Pacquiao. Es humano, pero aún así sobrevivió al picante azteca. Quizás ha perdido caché o no era tan bueno. O en eso se pensará “Money”. Lo dicho, todo sigue igual.

PD: ¿Mi puntuación? 114-114

7 nov 2011

Vendió la piel del oso antes de cazarlo

La pelea que escondía la mayor sorpresa del fin de semana tuvo lugar en la idílica Cancún, cuyo topónimo es “nido de serpientes”, lugar donde un “cánido” llegaba ansioso por enseñar los dientes al mundo y conseguir como premio, una oportunidad ante su presa más codiciada, un rival blindado que se encuentra custodiado y protegido de fieras feroces y poco amistosas.

Canelo’ no tendrá excusas para enfrentarme'”. No se pueden dar cinco pasos sin empezar por el primero. Alfredo “El Perro” Angulo, es uno de los púgiles mexicanos más destacados de la actualidad, lo cual puede ser homologable para afirmar que se trata de uno de los mejores del mundo. Por eso, resulta extraña su nefasta y descafeinada actuación del sábado ante James Kirkland.
No hay que cercenar méritos al “Mandingo Warrior”, quien realizó una colosal actuación en casa de su duro y favorito rival, pero derribar al estadounidense tan pronto pudo suponer ver la línea de meta antes de pasar la última curva. Angulo, durante unos segundos, presintió el final de esa noche y se vio ganador ante el Canelo’ Álvarez. Venía de finalizar sus dos últimas peleas en el primero, esta sería la tercera.

Tuvo fe ciega en ello, se desfondó confiado en hacer real esa visión que tenía en su mente, pero no pudo. Cuando se dio cuenta, estaba cansado y en el suelo, y al mirar a su oponente, no se correspondió con quien se estaba imaginando. Era el mismo que había derribado unos segundos antes, no se había ido. Pero su mente sí. Desde ese instante, “El Perro” perdió su instinto depredador. No se reconocía.


Quizás auguraba algo de lo que le esperaba, por ello, buscando un guía que le evitase quedar a la deriva, acudió a uno de los mejores preparadores: Ignacio Beristain. Pero como si de una profecía maldita se tratase, no pudo modificar su destino. La causa de la derrota puede encontrarse en el sobreentrenamiento, una mala planificación, falta de un plan ‘B’ o ‘C’… ¿quién sabe?, muchas conjeturas.

Tal vez Angulo haya sido víctima de sí mismo. Se veía celebrando el gol antes de marcarlo. Pero esto no es el final. De esta derrota, la primera antes del límite y la segunda en su carrera,  si es bien digerida, puede suponer un avance hacia su objetivo mayor del que se imagina. Tiene todo para ser campeón, pero sin obsesionarse. La pelea siempre contra tu rival, no con tu mente.

24 oct 2011

Dos no pelean si uno no quiere

Un ‘amistoso’ en el boxeo es posible, y eso es lo que demostraron sin ningún pudor Nonito Donaire y Omar Narváez. En un entrenamiento retransmitido y cobrado como si de un combate de boxeo se tratase. El campeón filipino salió a guantear con su ‘sparring’ argentino, quien fue a Nueva York de turismo y, de paso, a sacarse una buena bolsa sin nada que perder, ya que su título mundial lo dejó en casa.

Imagino que junto a su orgullo de campeón. El sopor vivido el sábado hace tanto daño o más al deporte que los abruptos finales de las peleas Mayweather-Ortíz y Hopkins-Dawson. Esto no crea afición. “Omar y yo vamos a devolver al boxeo a sus días de gloria", decía Donaire días antes de la pelea. Ahora, a toro pasado, crean sonrojo y vergüenza algunas declaraciones de los protagonistas.



Hace falta algo más que dinero para motivar a los boxeadores. O mucho más dinero, o un gran combate en el que luches por tu honor y títulos. Y que ambos se vean con  posibilidades. Es lógico. Pero en este caso, el campeón se despedía de la categoría y el otro ‘campeón’ guarda la ropa al no jugarse su cinturón y sale a pasar lo más inadvertido posible. Día de paga ¿Qué se puede esperar?

Nonito Donaire es una gran estrella en ciernes, con muchos aficionados en EE.UU. y promocionado por Bob Arum. Narváez es un campeón mundial argentino, en Argentina, que si atrapa un título no lo suelta, debido a sus grandes cualidades, sin duda, y a rivales ‘adecuados’. Ahora tenía la oportunidad de lucir en el mayor y mejor escaparate del mundo, pero no le ha interesado.


No todo es ganar en el boxeo. El público es agradecido con aquellos que, sin ser ‘galácticos’, se entregan en el cuadrilátero. Gatti, Ward, Katsidis, Arce… son ejemplos de lo que me refiero. Esta estafa a la afición es otra prueba más para comprobar la resistencia del amor que esta siente por el noble arte. Algunos, cansados ya, toman nota de qué protagonistas no volver a ver.

Queda un gran evento para este año. Pacquiao-Márquez, promete. Parte como claro favotiro 'Pacman' pero delante tendrá a todo un profesional y gran talento del boxeo, presto y dispuesto a presentar batalla y acabar con  la hegemonía del filipino en los últimos años. Será un combate vibrante, estos no defraudan. Son campeones, arriesgan, y traerán aplausos en lugar de silbidos.


17 oct 2011

Soñando espero

Y otra más. Llevamos una mala racha en cuanto a ‘grandes’ peleas se refiere. O mejor dicho, peleas con ‘grandes’ nombres y moderadas expectativas, que al final, trascienden a su fecha por motivos diferentes a lo puramente boxístico. Si Mayweather aparecía como ejemplo de antideportividad, ahora surge otro caso similar, pero esta vez, sin la dura eximente de la ‘legalidad’.

Chad Dawson, que hasta su derrota con Jean Pascal se le mencionaba como el mejor púgil estadounidense tras el Pretty Boy’, llegaba a este encuentro con el ansia de recuperar su título perdido y jubilar al incombustible Bernard Hopkins, quien quería ampliar, más si cabe, su página en los libros de historia. Los reproches previos se convirtieron en cautela sobre el ring.




Sus entrenadores también jugaban sus cartas, sería una guerra táctica que se ganaría en cada pequeño detalle en las trincheras. Hasta que pasó lo inesperado. Hopkins erró un golpe, quedando sobre la ‘chepa’ de Dawson, quien, empujando hacia delante, buscó quitarse a su rival de encima. En la caída, el abuelo del boxeo se disloca el hombro y la pelea ha concluido.

Un árbitro vuelve a ser protagonista por una polémica interpretación de los hechos. Su veredicto en un KO Técnico, en lugar del más acertado Sin Secisión. De todas formas, ha sido otra estafa más para los espectadores. La caída de Hopkins, que no parecía tan grave, y una dosis de mala suerte, hizo recordar su edad real y multiplicó la frustración de una afición hambrienta.


Tanto en el Mayweather-Ortíz, como en este Hopkins-Dawson, ni los protagonistas, ni los árbitros han estado a la altura. Ambos eventos pueden definirse como decepcionantes. La noche se salva con actuaciones, a priori, secundarias. Este sábado los titulares merecen ser para el choque DeMarco-Linares, quienes sí dieron una buena muestra de lo que se espera.

Dice un provervio árabe que “la primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía”. Pero como uno no aprende, la ilusión ante un gran combate no se perderá, y menos si se acercan púgiles poco dados a decepcionar, como los filipinos Nonito Donaire y Manny Pacquiao, con los cuales toca soñar, imaginando una gran noche de boxeo. Sólo de boxeo.



10 oct 2011

Campeón, aspirante y derrotado

Una misma realidad tiene consecuencias diferentes según la persona a la que afecte. En el mundo del boxeo podemos ver numerosos casos de púgiles que alcanzaron la cima del éxito y, desde ese mirador, tomaron caminos diferentes. Hay leyendas que siguen en activo resistiéndose a colgar los guantes y pasar de ser una gloria ‘vieja’ a una vieja gloria. El dilema del retiro.

Bernard Hopkins, 46 años, campeón semipesado. Un fenómeno digno de estudio. A su edad sigue dando el peso cuando debe, no falta a un entrenamiento, vive por y para su trabajo… todo un profesional. Lejos queda el año 2005, en el que tenía la carta de jubilación encima de la mesa, entregada, en dos ocasiones, por un prometedor Jermain Taylor. Una estrella se apagaba.


Pero la última llama es la que más fulgor desprende. Así que, en su pelea de ‘despedida’ ante Antonio Tarver, el abuelo del boxeo sorprende con una clara victoria a los puntos. Desde entonces, salvo una derrota dividida frente a Joe Calzaghe, The Executioner supera rivales uno tras otro. ¿Segunda juventud de BHop o agonía del boxeo?, se preguntan algunos.

Y en los pesados, ¿tan mala es la situación o tan extraordinario es Evander Holyfield para que, con 48 años, opte a ser aspirante al título? Amante declarado del boxeo, ‘The Real Deal’ se resiste a dejar su hábitat natural. “Cuando te retiras ya nadie te llama campeón”, dijo. Ni si quiera este Atlas moderno puede evitar el fluir del tiempo, el olvido y el llegar de la melancolía.


Al menos no consta que tenga problemas económicos. Lo contrario que Roy Jones Jr, de 42 años. Otrora rey absoluto libra por libra, hoy languidece entre rivales de poca entidad que encuentran en él un buen nombre con el que promocionarse. Ni si quiera se prepara adecuadamente. Jones es un hombre atrapado en las 16 cuerdas por culpa de su pasado y mala gestión.

Se hace duro ver cómo un ídolo que mostraba imagen de invulnerabilidad, se desmorona por ser de barro. Similar al descubrimiento de quiénes son los Reyes Magos. “En el claro permanece de pie un boxeador, llevando los recuerdos de cada guante que le tumbó o le cortó, hasta que gritó en su ira y en su vergüenza: ‘Me voy, me voy’. Pero el luchador aún permanece”.






2 oct 2011

Manos arriba, esto es Alemania

La considerada Meca del boxeo europeo se ha convetido en la Sodoma y Gomorra del mismo. Era algo que se veía venir, pero con actuaciones como las del sábado, uno no puede más que quedar petrificado, cual estatua de sal, viendo tal degradación. Pocas veces se puede ver en el deporte un desprecio tan organizado hacia los deportistas,  los espectadores, aficionados y hacia el boxeo en general.

Campillo conocía de primera mano esta situación, por eso redobló esfuerzos confiado en lucir bien y no dejar dudas. Pronto le recordaron que eso allí no sirve. Cierto es que el español no mostró tanta superioridad como en su primer encuentro con Murat, pero sí ganó el combate.  Otra vez. Y de nuevo se le priva de la victoria. La primera vez, se rieron a la cara, ahora, se tapan la boca con un nulo.


Nos la tienen tomada, España tiene poco peso, no se nos respeta. No. Nada que ver. A continuación, el siguiente en conocer la ética alemana fue el campeón de peso crucero, Steve Cunningham, procedente de Estados Unidos. Empezó mal el combate, probó la lona y se recompuso como pudo ante el cubano Yoan Pablo Hernández. La pelea duraría hasta el sexto asalto, pero la suerte ya estaba echada.

Hernández sufrió una cortadura en su ojo izquierdo durante el tercer asalto, y otra en el derecho mediando el sexto. Ante la imposibilidad de seguir, el árbitro para la pelea y se acude a la quiniela de los jueces. La mayoría de medios internacionales y aficionados dan como vencedor al estadounidense, quien perdió, de forma rotunda, la primera ronda pero consiguió llevarse las demás.


Pues tenemos nuevo campeón crucero. Los titulares tras la velada de ayer parecen más propios de la sección de sucesos que la de deportes: “Campillo robado”, “Cunningham asaltado”... Lo cierto es que reflejan un serio problema de seguridad que no interesa erradicar. Tal desprestigio no importa a las autoridades mientras sigan haciendo caja. En el reino de los ciegos...

El único que evitó el atraco fue el polaco Grzegorz Proksa, quien apunta para figura, que defendió con uñas y dientes su cartera. ¿Qué puede pensar Campillo del deporte? ¿Qué puede pensar la afición? ¿Desde cuándo ser mejor y demostrarlo no sirve para ganar?  Esta es la realidad. Ahora podemos parafrasear el dicho futbolero: “El boxeo es un deporte de dos en el que siempre roba Alemania”.

26 sept 2011

Retroceder nunca, rendirse jamás

No pudo ser. El Zar tendrá que ganar su trono paso a paso y sin atajos. La oportunidad contra Maidana era moralmente irrechazable pero a nadie se le escapaba lo difícil de la empresa: vencer a uno de los más fieros y duros pegadores de la división, en un peso superior al habitual y en territorio comanche. Y con dos semanas escasas de preparación específica para ese rival. Casi nada.

 Muchos otros lo evitarían, de hecho así fue, pero no Petrov. Este ruso de Vallecas tiene ansia de victoria, algo que algunos parecen haber perdido u olvidado. El objetivo, más allá de la eterna búsqueda de la victoria, era lucir bien, presentarse en el recibidor del boxeo internacional de primer nivel y reservar un espacio para un nuevo nombre. Y en cierta medida, creo que se ha logrado.


Perder por KO en el cuarto asalto puede parecer bastante poco edificante, pero conocidas las circunstancias y el margen de mejora que posee Petrov, debe traducirse en esperanza. Mostró su técnica, su posicionamiento en el cuadrilátero y contrarrestó, como buen guerrero, algunas de las embestidas del morlaco argentino. En la TV local apreciaron sus virtudes y coraje.

Lo catalogaron de boxeador fino pero con puños de algodón. Claro que comparado con Maidana, muchos adolecerían del mismo problema. En la división ligera, donde se siente más cómodo, Petia es un púgil más macizo y no tan vulnerable a las cornadas. Ahí es donde debe partir su nueva andadura, pues habrá un antes y un después tras esta experiencia. No todos realizan un mundial.


Gestionar bien su momento, ir a más en sus ambiciones, paso a paso, ganar confianza y experiencia en grandes batallas, combatiendo progresivamente con púgiles de más nivel y empezar a marcarse como objetivo más inmediato el europeo, donde actualmente domina gente como los británicos Gavin Rees (35-1; 16ko), Derry Mathews (29-5; 15ko), o el irlandés Andy Murriay (24-1; 12ko).

Esos deben ser los próximos rivales a batir por Petr, esas son las peleas que queremos ver los aficionados españoles, con permiso de organizaciones y burocracias, porque de llegar a dominar Europa, el asalto al mundial sería más posible y plausible que nunca. Y sobre todo,  debe ser así  por el propio Petr Petrov, por su calidad, porque como decía De Niro en ‘Una historia del Bronx’: “No hay nada peor que un talento malgastado”.

19 sept 2011

Negocios sucios

Durante la conferencia de prensa previa a la pelea, Danny García, entrenador de Victor Ortiz, se dirigió a Floyd Mayweather Jr. y apasionadamente le hizo una petición: “Floyd, al menos en esta pelea, pelea limpio”. Todo un presagio. Si un adjetivo puede definir esta pelea, además de decepcionante, es sucia. Ambos contendientes no estuvieron a la altura de lo esperado.

El ahora excampeón , lució ansioso y dando la sensación de estar desubicado, desbordado por los acontecimientos. Se enfrentaba un buen y motivado boxeador, a un virtuoso del boxeo. Ortiz comenzó intenso pero, poco a poco, el autoproclamado rey libra por libra, se iba adueñando del combate. Al final, de los cuatro asaltos disputados, tres fueron para Mayweather.


Ortiz utilizaba demasiado la cabeza en los agarres ante la permisividad del árbitro y, en un momento de desesperación, provocada por la mejor defensa del boxeo, arremetió con un cabezazo, propio de una pelea de barrio, contra el mentón de su rival, pudiendo significar el final del combate y una losa en su carrera. Se quedó en un punto de sanción.

Las portadas y  el protagonismo son monopolio de “Money”. El único boxeador que gana y pierde a la vez un combate. Así que, ante la confusión reinante y un atontado Joe Cortez (reestablece la pelea mientras mira hacia otro lado), Mayweather aprovechó para noquear a su rival, mientras este terminaba de disculparse por tercera vez y no ofrecer defensa alguna. Ortiz se despistó y no tuvo perdón.


En río revuelto no hay quien supere a este “bad boy”, que hace del estruendo y el alboroto su propia melodía. Pero con esta acción, tan legal como deshonrosa, ha perdido como deportista y su imagen ha vuelto a verse manchada. Si a esto añadimos sus insultos al insigne Larry Merchant por no gustarle sus preguntas, tenemos el circo más caro del planeta. Dará que hablar, le dará dinero.

Si fue lamentable el cabezazo del aún inmaduro Ortiz, quién aprendió una lección para el futuro, más lamentable es ver como todo un veterano campeón, remata a traición a quien ya tenía dominando en la pelea. Triste final para un evento del que se esperaba mucho más.
Ya lo decía el propio Mayweather a Danny García: “Este es un deporte sucio. Es el negocio de hacer daño. ¿Cómo puede ser limpio?

15 sept 2011

La mano que mece el boxeo

El mundo deportivo es un adelanto de la sociedad que nos espera y que ya estamos conociendo, un mundo hipercompetitivo en que, en muchas ocasiones, el fin justifica los medios, donde se hacen trampas o se toman atajos que en ocasiones no llevan por el camino esperado. Pero en otras… Cuesta llegar arriba y, si ello es complicado, no hablemos de mantenerse. Claro que hay quien tiene un as bajo la manga.

Se dice que quien tiene padrino, se bautiza. En el boxeo actual, en pos de continuar con su decadente estructura, cada vez se guardan menos las formas y se actúa con total irreverencia a la hora de “poner” determinados “campeones”. Y si además son protegidos por no encontrarse suficientemente “maduros” o “experimentados” para enfrentarse a un determinado aspirante, apaga y vámonos.


O que dilaten en el tiempo la realización de su defensa mandatoria, para poder hacer caja enfrentándose con bultos, teniendo a los verdaderos contendientes enfrascados en innumerables y estériles eliminatorias. Pensaba que campeón era sinónimo de ser el mejor y demostrarlo. Pero entonces, qué podemos pensar de aquellos que reciben una oferta en firme para combatir con  algún campeón y la rechazan. ¿Se atreven a llamarse boxeadores? Si no estás dispuesto a pelear, es mejor dejarlo.

Ese afán de proteger una estadística vacía, es muy triste. Si empiezas a tener derrotas ya no vendes, no te quieren. Olvidan lo que se hace encima del ring. Es increíble que haya campeones, con corona y sin ella, que busquen encarar a los mejores y estos rehuyan el enfrentamiento. Algo no funciona si un deportista renuncia a competir y a alcanzar la gloria. O espera tal vez, alguna “ayuda” externa que lo ”apadrine”. Pero esto es lo que tenemos hoy en día.


Una mezcla de sabores, con toques del boxeo “intervenido” típico de la época gánster, junto a un ligero chispazo de conformismo, forman este cóctel tan nocivo para el deporte en sí mismo, como para los aficionados, quienes soñamos, y creo poder generalizar, con un boxeo más auténtico, sin aditivos en forma de intervencionismo y burocracia, ni adulteraciones, como arbitrarias clasificaciones o "200" campeones por división. 

El mal necesario que son las organizaciones, deberían despertar de su embriaguez y darse cuenta de que su licorería va a cerrar. Cada vez hay menos clientes, hartos de tanto garrafón. Queremos ver a los mejores. Es más, queremos ver a los mejores… contra los mejores. Disfrutar con este deporte, desconocer quién va a ser el ganador en la mayoría de peleas, no temer a los jueces, estar seguros de que tras esta pelea, vendrá otra tan interesante o más. Dejen de ir contranatura y permitan que gane el mejor.

5 sept 2011

Floyd Mayweather, el poder de la mente

Floyd Mayweather Jr, el Pretty Boy o, también autoproclamado como Money, por su facilidad para generar millones de dólares con sus combates, es considerado uno de los mejores boxeadores de los últimos tiempos. Puede decirse que tiene reservado un lugar entre las mayores estrellas del boxeo. Vuelve de su “retiro” de 16 meses dispuesto a llevarse un nuevo cinturón para su colección. Será el sábado 17 de septiembre, en Las Vegas.

Este excampeón en cinco categorías diferentes (superpluma, ligero, superligero, welter y superwelter), se enfrenta a Victor Ortiz, actual campeón welter WBC, zurdo, 10 años más joven (24),  más alto y más noqueador. ¿El favorito? Floyd. Él es el primero en apostar por su “segura” victoria sin ningún atisbo de prudencia. “41 dijeron que me iban a ganar. 41 perdieron”, en referencia a su inmaculado palmarés, 41 victorias de 41 combates.


“He nacido para esto”. De buena raza viene el galgo. Su padre Floyd Mayweather Sr. fue boxeador y,  hasta no hace mucho, era entrenador de Oscar De La Hoya o Ricky Hatton. Su tío, Roger Mayweather, “es quien ha hecho que sea quien soy, mi entrenador de siempre, no mi padre” Algo que no comparte en absoluto su progenitor, quien se considera fundamental en la carrera de su hijo. Podemos intuir el problema familiar.

La compleja relación con su padre se une sus diferentes problemas legales que lo han “entretenido” en este tiempo de ausencia. “Si soy inocente, que me dejen en paz. Si soy culpable, que hagan lo que tengan que hacer” dice el Pretty Boy, al que acusan de amenazas, agresiones o no cumplir con hacienda. “¿La diferencia entre ustedes y yo?, que todo esto ya está pagado” decía mientras mostraba su lujosa mansión. Y lo hacía en el programa “24/7” de HBO.


Un programa deportivo de los que ya pocos quedan. Ahí pudimos ver lo conflictiva que es la vida de Floyd, quien no da ni un minuto de respiro a sí mismo, ni físico, ni psicológico. “Ningún deportista trabaja tanto como yo. Venga, dime uno, sólo uno. Ninguno”. 
El talento y su fuerza de voluntad son tan enormes que nada lo distrae. Qué otro campeón conviviría tan bien con la polémica, con problemas familiares, legales, presión mediática, deportiva... y seguir siendo el mejor.

Siempre oí que en el boxeo la cabeza es más importante que el físico, que la psicológica es la fuerza más poderosa en un combate. Floyd  es un caso único en este aspecto. Su poder mental supera todas sus cualidades boxísticas. Y a todos sus rivales. Representa la unión ideal entre talento+físico+mente. Unido a su arrogancia, le permite jactarse con cierta seguridad de sus futuros logros. Siempre me queda la duda de saber cómo reaccionaría ante una derrota. Por lo pronto, Floyd Mayweather Jr. vuelve al ring. 
Disfrutemos. 


29 ago 2011

UFC, boxeo y cómo la avaricia rompe el saco

UFC (Ultimate Fighting Championship) es la mayor promotora de artes marciales mixtas (amm) del mundo. Las amm han vivido un crecimiento exponencial en Estados Unidos en los últimos años, siendo unos de los deportes más populares entre los jóvenes. Por contra, el boxeo, aunque sigue siendo el rey de los deportes de contacto, pierde fuelle y la edad media de sus seguidores empieza a ser cercana a la jubilación.

¿Cambio de gustos? No creo. Al igual que el fútbol no afecta a los seguidores de baloncesto, o el kárate no perjudica al judo, el boxeo y las artes marciales tienen espacio suficiente para desarrollarse, e incluso, relacionarse. En esencia, lo que realmente separa a estos deportes, es la organización, promoción y métodos de explotación  de los mismos. Del cómo unos y otros crían y cuidan a sus gallinas de los huevos de oro.


UFC es una especie de monopolio. Los mejores del mundo están en la empresa. Si quieres ser alguien, sabes dónde hay que estar. Actualmente tiene 5 categorías (peso pesado, semipesado, medio, welter y ligero) y por tanto, algo que sorprenderá a los aficionados al boxeo, 5 campeones. Además se promueve la confrontación de estos y los mejores aspirantes, sin peleas de relleno ni defensas voluntarias ante bultos.

Un campeón por categoría y defendiendo ante los mejores. Impensable en las 16 cuerdas. En el boxeo tenemos ¡4 campeones por categoría!, por no hablar, además, de los títulos inventados de supercampeón, campeón interino y demás ponzoña que hay en los 17 pesos existentes. La organización mundial del boxeo está fragmentada principalmente en 4 grupos: Consejo, Asociación, Federación y Organización. Casi nada.


Además no nos olvidemos del peso e interés de las promotoras, Golden Boy Promotions, Top Rank o Don King Productions, entre otras. Vemos que la cola es casi tan larga como la del paro. Demasiados comensales para tan poco caldo. Y mientras este río revuelto amenaza con ahogar a todos los que hay dentro, otros mejor organizados, aprovechan la situación para asentarse en un mercado con el que otrora era impensable competir.

Las “organizaciones” deberían reflexionar sobre esta situación. Buscar unificaciones periódicamente, acabar con campeones de bajo perfil, enfrentar a los mejores… con los mejores. Dejen de engañar y asfixiar a la gallina. No se olviden del respeto debido a este deporte legendario. No se olviden del respeto a los boxeadores. No se olviden del respeto a los aficionados, que son, nada más y nada menos, el principal activo de este negocio.

22 ago 2011

Povetkin: la última esperanza

Este sábado, desde la ciudad de Erfurt, Alemania, Alexander Povetkin tratará el alzarse con el título WBA que lo acredite como campeón de los pesos pesados.
Hace tiempo, no mucho, cuando los boxeadores procedentes de la antigua Unión Soviética comenzaban a desembarcar en la división reina del boxeo, la duda era conocer quién sería, probablemente, el afroamericano que volvería a poner las cosas en su sitio.

Pero este no ha llegado. Incluso, el territorio de los grandes pesos, se ha convertido en una finca de uso y disfrute de dos hermanos ucranianos, quienes apenas encuentran incomodidad alguna en su reino. El mayor de ellos, Vitali, se verá las caras ante Tomasz Adamek  el 10 de septiembre, donde es máximo favorito.

El menor, Wladimir, espera impaciente quién será su próximo rival: el veterano y excampeón pesado, Ruslan Chagaev, o el invicto, medalla de oro olímpico, Alexander Povetkin, quien, a sus 31 años, es el último nombre que queda en la lista de candidatos para vencer a los Klitschko. Después, nada más.
La división pesada se ha convertido en una dictadura debido a la poca y floja competencia actual y la gran superioridad mostrada por los ucranianos sobre la misma.
Grandes boxeadores actuales pero que adolecen en las odiosas comparaciones con el pasado más cercano.

Alexander es el único que puede provocar un cambio de gobierno. No sería una gran ruptura, en cuanto a estilo y forma de entender el boxeo se refiere, pero representaría la inesperada apertura de una ventana, a través de la cual vislumbrar nuevos horizontes, nuevo aire, nuevas esencias. Un viento de cambio.

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