Cuando la campana marcó el final del combate, un déjà vu recorrió la mente de Samuel Molina. El año pasado, tras un ajustado combate por el cetro europeo del peso superligero con el local Franck Petitjean, los jueces franceses no le fueron favorables. Pero esta vez la historia sería distinta. Lo sabía, lo había visto en su mente, no podía ser de otra manera. Y así fue.
Victoria por decisión mayoritaria (114-114, 113-116 y 113-116). Triunfo de gran valor por lo complicado de obtener este tipo de resultado fuera de casa y por tratarse del territorio del hasta ahora monarca Jordy Weiss. "Quiero enseñar a la gente que está empezando, que hay que creer en los sueños y trabajar duro para ello. Yo he perdido batallas, pero hoy he ganado la guerra", decía el nuevo campeón de Europa del peso wélter.
Nada ocurrió por casualidad, ya comentaba en la previa: “La presión no me impone nada. Debería tenerla él porque es el que juega en casa. Esa presión de no fallar”. Y es que se notó a un campeón preocupado por decepcionar, más cauteloso que otras ocasiones; y un aspirante con las ideas claras, yendo de menos a más, consistente y con la determinación propia del que sabe que ése es su momento.
“Yo primero lo vi y luego lo creí. No me sorprende porque he trabajado 24/7, he soñado por combates como éste. No he dejado de trabajar, es un deporte muy sacrificado. Yo he caído y me he levantado, aquí es donde se demuestra que eres un verdadero campeón”, con estos mimbres es entendible el resultado obtenido.
Molina, como el otro campeón de Europa de nuestro boxeo, el catalán Cristóbal Llorente, son un tipo de boxeadores que, a la chita callando, están firmando una destacada trayectoria. En el caso del malagueño, ya ha sido campeón de España del ligero, superligero y superwélter, cimentando una carrera sólida. En wélter ha encontrado una categoría en la que parece desarrollar su mejor versión, sin perder rapidez ni explosividad.
El pasado mes de abril, Molina sorprendía afirmando que: “Este año no pienso tener vacaciones porque no me las merezco. Tengo 25 años, pero tengo tanta hambre que lo quiero todo. Ya vendrán las vacaciones”. Bueno, pues parece que no es mal momento para tomarse unos merecidos días de asueto. Algún privilegio debe tener ser rey de Europa.
Boxeo-Web
Apuntes sobre el mundo del boxeo
22 oct 2024
15 oct 2024
Pegada disuasoria
Artur Beterbiev derrotó por decisión mayoritaria al hasta entonces invicto Dmitry Bivol, y se proclamó campeón del mundo de los pesos semipesados. La victoria estuvo reñida. De hecho, fue muy ajustada y podría haber caído de cualquier lado. Y sí, la puntuación 116-112 fue demasiada amplia, pero no fue un robo. Choque de estilos, argumentos para ambas partes.
El combate tuvo lugar en Riad (Arabia Saudí). Un juez marcó un empate 114-114, y dos dieron la victoria a Beterbiev con una puntuación de 115-113, 116-112. El último campeón indiscutido de los semipesados fue el estadounidense Roy Jones Jr., que venció a Reggie Johnson para unificar los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo, el Consejo Mundial de Boxeo y la Federación Internacional de Boxeo, en 1999.
Quien escribe vio un empate. Pero el hecho de que cualquiera de los dos campeones se llevara la victoria por un estrecho margen no debe considerarse un robo para nadie. Bivol se convirtió en un blanco en movimiento en un combate de gran calidad entre un Beterbiev agresivo y de gran pegada y un rival más dinámico que asestó golpes llamativos en los primeros asaltos.
Beterbiev sabía que tenía que cerrar el combate con una explosión en los dos últimos asaltos y subió el ritmo, pero Bivol aguantó y respondió con potentes combinaciones. El jab de Bivol, combinaciones de uno-dos, y ganchos de izquierda ocasionales fueron los golpes que aparentemente controlaron la pelea. Dicho esto, no había duda de que el poder y la fuerza de Beterbiev eran un factor a tener en cuenta.
Beterbiev pareció desgastar a Bivol al final, ganando así los asaltos finales. Ganó el 10, 11 y 12 en las tarjetas de los tres jueces. Y ahí estuvo la llave de la victoria. Bivol echó cuentas, sabedor de su ventaja técnica y decidió ser conservador en el último tramo, precavido de que una mano de su rival tirase por tierra todo el trabajo. Y es que Beterbiev ganó gracias a su pegada sin necesidad de conseguir un KO, solo con el respeto que impone.
El ya excampeón afirmaba tras el pleito: “Siento que debí tirar más golpes. Pero intenté conectar duro, intenté pescarlo, porque veía sus movimientos y trataba de conectarlo con golpes limpios. Quiero felicitar a Artur y a su equipo. Hice mi trabajo, sentí que podía hacerlo mejor, siempre siento que puedo hacerlo mejor, pero esta es la opinión de los jueces. Ganó él".
El primer hombre capaz de llegar a los puntos con Beterbiev se sinceró: “Obviamente, en el boxeo si no conectas golpes limpios, los jueces le van a dar los asaltos al boxeador que presiona más. En ningún momento me sentí lastimado por sus golpes, pero sí notaba su presión. Sin embargo, yo sentía que lo tenía bajo mi control”.
Hay muchas posibilidades de que veamos una revancha y, seguramente, por todo lo que se está hablando, ambos quieran despejar todo tipo de dudas logrando un resultado más contundente. Sin duda, vista la calidad de los protagonistas, la espera valdrá la pena.
El combate tuvo lugar en Riad (Arabia Saudí). Un juez marcó un empate 114-114, y dos dieron la victoria a Beterbiev con una puntuación de 115-113, 116-112. El último campeón indiscutido de los semipesados fue el estadounidense Roy Jones Jr., que venció a Reggie Johnson para unificar los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo, el Consejo Mundial de Boxeo y la Federación Internacional de Boxeo, en 1999.
Quien escribe vio un empate. Pero el hecho de que cualquiera de los dos campeones se llevara la victoria por un estrecho margen no debe considerarse un robo para nadie. Bivol se convirtió en un blanco en movimiento en un combate de gran calidad entre un Beterbiev agresivo y de gran pegada y un rival más dinámico que asestó golpes llamativos en los primeros asaltos.
Beterbiev sabía que tenía que cerrar el combate con una explosión en los dos últimos asaltos y subió el ritmo, pero Bivol aguantó y respondió con potentes combinaciones. El jab de Bivol, combinaciones de uno-dos, y ganchos de izquierda ocasionales fueron los golpes que aparentemente controlaron la pelea. Dicho esto, no había duda de que el poder y la fuerza de Beterbiev eran un factor a tener en cuenta.
Beterbiev pareció desgastar a Bivol al final, ganando así los asaltos finales. Ganó el 10, 11 y 12 en las tarjetas de los tres jueces. Y ahí estuvo la llave de la victoria. Bivol echó cuentas, sabedor de su ventaja técnica y decidió ser conservador en el último tramo, precavido de que una mano de su rival tirase por tierra todo el trabajo. Y es que Beterbiev ganó gracias a su pegada sin necesidad de conseguir un KO, solo con el respeto que impone.
El ya excampeón afirmaba tras el pleito: “Siento que debí tirar más golpes. Pero intenté conectar duro, intenté pescarlo, porque veía sus movimientos y trataba de conectarlo con golpes limpios. Quiero felicitar a Artur y a su equipo. Hice mi trabajo, sentí que podía hacerlo mejor, siempre siento que puedo hacerlo mejor, pero esta es la opinión de los jueces. Ganó él".
El primer hombre capaz de llegar a los puntos con Beterbiev se sinceró: “Obviamente, en el boxeo si no conectas golpes limpios, los jueces le van a dar los asaltos al boxeador que presiona más. En ningún momento me sentí lastimado por sus golpes, pero sí notaba su presión. Sin embargo, yo sentía que lo tenía bajo mi control”.
Hay muchas posibilidades de que veamos una revancha y, seguramente, por todo lo que se está hablando, ambos quieran despejar todo tipo de dudas logrando un resultado más contundente. Sin duda, vista la calidad de los protagonistas, la espera valdrá la pena.
24 sept 2024
Barco a la deriva
Daniel Dubois, que no era favorito, sorprendió al mediático Anthony Joshua con un KO en el 5º asalto que enmudeció a los más de 95.000 espectadores que se dieron cita en el estadio de Wembley. Las esperanzas de Joshua de enfrentarse en el futuro a Tyson Fury siguen alimentando una remota posibilidad a pesar de su aplastante derrota.
Dubois, de 27 años, dominó el combate desde el principio, derribando en varias ocasiones al exbicampeón de los pesos pesados. Dubois había hablado de su determinación por "legitimar" su reinado como campeón de la FIB, tras recibir el cinturón que Oleksandr Usyk dejó vacante en junio. Desde el principio, se mostró más incisivo y hambriento, y derribó a su rival en el 1º asalto haciendo gala de su potencia y fuerza.
Joshua nunca pareció recuperarse. Aunque tuvo momentos brillantes, especialmente antes del impactante KO, no logró imponer su talento ni estar a la altura de la trascendental ocasión. En un 5º asalto sin respiro y lleno de acción, Dubois asestó el golpe definitivo, justo cuando parecía que Joshua encontraba por fin su distancia. "¿No os habéis divertido?", dijo el campeón tras la mayor victoria de su carrera. "Quiero llegar a la cima de este deporte y alcanzar mi máximo potencial".
La exhibición de Dubois realizó genera grandes interrogantes sobre el futuro de Joshua, aunque todo apunta a que buscará la revancha. Toca volver a levantarse. El revés en el Madison neoyorkino ante Andy Ruiz en 2019, siendo su única aparición en suelo americano, y las dos derrotas a manos de Usyk, dejaron la carrera de Joshua al borde del abismo. Después ganó cuatro combates seguidos, aspirando a regresar a la cima.
Joshua nunca pareció recuperarse. Aunque tuvo momentos brillantes, especialmente antes del impactante KO, no logró imponer su talento ni estar a la altura de la trascendental ocasión. En un 5º asalto sin respiro y lleno de acción, Dubois asestó el golpe definitivo, justo cuando parecía que Joshua encontraba por fin su distancia. "¿No os habéis divertido?", dijo el campeón tras la mayor victoria de su carrera. "Quiero llegar a la cima de este deporte y alcanzar mi máximo potencial".
La exhibición de Dubois realizó genera grandes interrogantes sobre el futuro de Joshua, aunque todo apunta a que buscará la revancha. Toca volver a levantarse. El revés en el Madison neoyorkino ante Andy Ruiz en 2019, siendo su única aparición en suelo americano, y las dos derrotas a manos de Usyk, dejaron la carrera de Joshua al borde del abismo. Después ganó cuatro combates seguidos, aspirando a regresar a la cima.
El siguiente paso podría ser el final del camino
"No hemos estado a la altura", confesó. "Siempre me he dicho a mí mismo que soy boxeador para toda la vida. Tuve un rival rápido y en forma, y por mi parte hubo muchos errores. No estoy acabado, soy un gladiador. Tuve una mala noche en el trabajo. ¿La gente quiere verme pelear? Pues seguiré peleando”. El rumbo de su barco parece una incógnita."Creo que 2025 va a ser un año interesante para Anthony Joshua, de una forma u otra. Ya sea contra Daniel Dubois, Tyson Fury, o quien sea”, decía su promotor, Eddie Hearn, quien no oculta que el próximo resultado será clave: "El siguiente paso podría ser el final del camino. Se que va a querer una gran pelea. La próxima decisión será muy importante".
A sus 34 años, el intento de Joshua de convertirse en tricampeón del mundo parece haberse difuminado para siempre, suscitado nuevas preguntas sobre su futuro: "Los boxeadores son los primeros en saber cuándo deben retirarse, pero los últimos en admitirlo", afirmaba el promotor de Fury, Frank Warren. "Al final será su decisión y debería ser su decisión. A Deontay Wilder le pasó lo mismo hace poco. Ese tipo pasó de ser el mayor pegador del boxeo, a ser una sombra de sí mismo. No sé qué le queda a Anthony Joshua. Sé que es un hombre orgulloso y que tiene corazón. Ya veremos".
14 jul 2024
Campeón a la chita callando
Primer combate que disputaba lejos de nuestras fronteras. El premio bien merecía el riesgo y la espera, pues esta cita estaba programada para marzo, después el 31 de mayo y finalmente el 11 de julio. El país báltico fue escenario de una noche para recordar, donde Lorente supo mostrar sus cualidades para doblegar a un correoso Forte.
El romano no quería despojarse en su primera defensa del cetro continental. Prueba de ello fue el derribo que se anotó el zurdo pese al dominante inicio del español. “Voy a salir a morir y no me dejaré nada”, afirmaba el nuestro en la previa. Hablaba en serio. Se recuperó de esa caída y volvió a dominar durante el tramo final.
Una de las ventajas de pelear en territorio neutral es que los jueces no tienen esa presión en el cogote que en ocasiones les hace temblar el pulso a la hora puntuar los méritos del aspirante/visitante.
Gracias a esta victoria por decisión mayoritaria (105-102, 104-103, 104-104), el catalán de 28 años de edad, hereda la corona que portaron, hace no mucho, compatriotas como Marc Vidal, Andoni Gago o el gran Kiko Martínez, siendo actualmente el único campeón de Europa que tiene el boxeo español.
El de Barcelona, con una carrera construida sin prisas y con sentido común, es ejemplo de cómo se deben hacer las cosas. Campeón de España en 2021, campeón de la Unión Europea en 2023, campeón de Europa en 2024 ¿Lo siguiente? “Quiero ser campeón del mundo y pelear en Estados Unidos como ha hecho Sandor Martín”, su compañero y amigo del gimnasio KO Verdun.
“Me gustaría que me recordasen, que dijeran, este chico tenía una mano izquierda prodigiosa y llegó lejos sin que nadie lo esperase”, confesaba. Quizá parte de este deseo no se cumpla, pues si las andanzas de Lorente llegan tan lejos como para alcanzar una cima mundial, a nadie debería coger por sorpresa ya.
Gracias a esta victoria por decisión mayoritaria (105-102, 104-103, 104-104), el catalán de 28 años de edad, hereda la corona que portaron, hace no mucho, compatriotas como Marc Vidal, Andoni Gago o el gran Kiko Martínez, siendo actualmente el único campeón de Europa que tiene el boxeo español.
El de Barcelona, con una carrera construida sin prisas y con sentido común, es ejemplo de cómo se deben hacer las cosas. Campeón de España en 2021, campeón de la Unión Europea en 2023, campeón de Europa en 2024 ¿Lo siguiente? “Quiero ser campeón del mundo y pelear en Estados Unidos como ha hecho Sandor Martín”, su compañero y amigo del gimnasio KO Verdun.
“Me gustaría que me recordasen, que dijeran, este chico tenía una mano izquierda prodigiosa y llegó lejos sin que nadie lo esperase”, confesaba. Quizá parte de este deseo no se cumpla, pues si las andanzas de Lorente llegan tan lejos como para alcanzar una cima mundial, a nadie debería coger por sorpresa ya.
21 may 2024
Gloria a Ucrania
El ucraniano Oleksandr Usyk se unió a Mike Tyson, Lennox Lewis, Joe Frazier, Jack Dempsey, Joe Louis, Muhammad Ali y Floyd Patterson como únicos campeones indiscutibles al ganar por decisión dividida a Tyson Fury, en el Kingdom Arena de Riad, en Arabia Saudí. Noche en la que ganó el boxeo, con un combate emocionante y con la repercusión mediática propia de esos acontecimientos excepcionales que se dan cada tanto tiempo.
Fury perdió el título del Consejo Mundial de Boxeo y su récord inmaculado, mientras que Usyk consigue repetir en categoría pesada la gesta que ya lograra en crucero, ser campeón absoluto al lograr los cuatro cinturones. El inglés se equivocó de táctica. Cuando daba sensación de controlar el choque, boxeó como si ya hubiera ganado el combate. Se centró más en desplegar su repertorio como showman que en liquidar a su rival.
La lectura de la pelea no pudo ser más equivocada. "Me estaba divirtiendo, estaba jugando. Creía que estaba dominando el combate. En los seis primeros asaltos, tal vez se llevó uno”, afirmó Fury. Lo cierto es que Usyk, que empezó bastante bien el pleito, pasó unos asaltos un tanto superado, pero desde el octavo supo dar un giro al guion que sugería Tyson. La izquierda ucraniana despejó de tonterías la cabeza inglesa.
Usyk pudo vencer antes del límite en el noveno, pero la trascendencia de ese resultado achantó la determinación del árbitro en poner punto final, optando por una salida más complaciente con la cuenta de protección y una oportuna campana. Ese acabó siendo el momento decisivo de una pelea que se alargó hasta el final, con Usyk haciendo todo lo que necesitó durante los tres asaltos siguientes para sofocar la respuesta de Fury.
"Si mi esquina me hubiera dicho en el último asalto que saliera y acabara con él, lo habría hecho, pero todos pensábamos que íbamos ganando”, parece que la impertinencia cegó también al equipo de Fury, incapaces de ver cómo Usyk, más preciso y constante, estaba apuntalando su victoria. Decisión dividida para los jueces, unánime para la afición. Momento de reflexión para uno que, a día de hoy, boxea por diversión; y otro que tiene que velar por un legado histórico. “Hoy es un gran día. Muchas gracias a mi equipo. Es una gran oportunidad para mi familia, para mí y para mi país”, proclamó el ucraniano.
Curiosamente, esa misma noche en California, su compatriota Denys Berinchyk vencía al mexicano Emanuel Navarrete para coronarse campeón mundial ligero de la OMB. La semana anterior, Lomachenko conquistaba el cetro mundial de la FIB. Éxitos deportivos que llegan en un momento difícil para su país, en guerra contra un adversario poderoso. Estos campeones son héroes para su gente, ejemplos en quién inspirarse, revelándoles que luchar es la única forma de optar a la victoria, por complicada que esta parezca. Que se lo digan al nuevo rey de los pesados. ¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!
Fury perdió el título del Consejo Mundial de Boxeo y su récord inmaculado, mientras que Usyk consigue repetir en categoría pesada la gesta que ya lograra en crucero, ser campeón absoluto al lograr los cuatro cinturones. El inglés se equivocó de táctica. Cuando daba sensación de controlar el choque, boxeó como si ya hubiera ganado el combate. Se centró más en desplegar su repertorio como showman que en liquidar a su rival.
La lectura de la pelea no pudo ser más equivocada. "Me estaba divirtiendo, estaba jugando. Creía que estaba dominando el combate. En los seis primeros asaltos, tal vez se llevó uno”, afirmó Fury. Lo cierto es que Usyk, que empezó bastante bien el pleito, pasó unos asaltos un tanto superado, pero desde el octavo supo dar un giro al guion que sugería Tyson. La izquierda ucraniana despejó de tonterías la cabeza inglesa.
Usyk pudo vencer antes del límite en el noveno, pero la trascendencia de ese resultado achantó la determinación del árbitro en poner punto final, optando por una salida más complaciente con la cuenta de protección y una oportuna campana. Ese acabó siendo el momento decisivo de una pelea que se alargó hasta el final, con Usyk haciendo todo lo que necesitó durante los tres asaltos siguientes para sofocar la respuesta de Fury.
"Si mi esquina me hubiera dicho en el último asalto que saliera y acabara con él, lo habría hecho, pero todos pensábamos que íbamos ganando”, parece que la impertinencia cegó también al equipo de Fury, incapaces de ver cómo Usyk, más preciso y constante, estaba apuntalando su victoria. Decisión dividida para los jueces, unánime para la afición. Momento de reflexión para uno que, a día de hoy, boxea por diversión; y otro que tiene que velar por un legado histórico. “Hoy es un gran día. Muchas gracias a mi equipo. Es una gran oportunidad para mi familia, para mí y para mi país”, proclamó el ucraniano.
Curiosamente, esa misma noche en California, su compatriota Denys Berinchyk vencía al mexicano Emanuel Navarrete para coronarse campeón mundial ligero de la OMB. La semana anterior, Lomachenko conquistaba el cetro mundial de la FIB. Éxitos deportivos que llegan en un momento difícil para su país, en guerra contra un adversario poderoso. Estos campeones son héroes para su gente, ejemplos en quién inspirarse, revelándoles que luchar es la única forma de optar a la victoria, por complicada que esta parezca. Que se lo digan al nuevo rey de los pesados. ¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!
14 may 2024
El retorno del rey
Aún resiste. Vasyl Lomachenko se anotó un nocaut en el 11º asalto contra el excampeón George Kambosos Jr. para reclamar el título vacante de peso ligero de la Federación Internacional de Boxeo. En Australia, hogar de su rival, Loma desconcertó al neosurgalés con sus movimientos y le fue doblegando progresivamente.
Había dudas sobre el estado del extricampeón mundial, alimentadas en cierto modo por determinadas declaraciones previas al choque en las que mostraba su lado más melancólico e introspectivo. “Si estás hablando de edades en el boxeo… estoy viejo. Claro que mi carrera casi ha terminado. Antes me evitaban, ahora todos quieren pelear conmigo porque he envejecido”.
“Quería conquistar el mundo. Estuve muy cerca de convertirme en campeón absoluto. Pero no lo conseguí porque perdí en peso ligero. Me arrebataron mi sueño, mi objetivo. No me gustaría terminar con una nota así”, se sinceraba haciendo referencia a su derrota con Teófimo López, -quien tras ese gran éxito, fue destronado precisamente por Kambrosos-.
En todo caso, este reflexivo Lomachenko de 36 años de edad, llegó al combate muy decidido y con una estrategia clara. El ucraniano fue implacable, controló el pleito y en el undécimo asalto asestó un potente golpe que superó a su rival. El orgulloso ucraniano fue el mejor de principio a fin, dominando la distancia y el centro del cuadrilátero.
A medida que pasaban los asaltos Kambrosos apostaba y arriesgaba en busca de un golpe salvador, que nunca encontró. No hubo mucho más. Lomachenko fue el mejor y mereció la victoria. Volvió a proclamarse campeón del peso ligero, título que había quedado vacante cuando Devin Haney subió de peso.
"Mi plan era adaptarme a mi rival", declaró el oriundo de Odesa tras el combate. "Esto es lo que hice en la pelea. Hacia el final de los asaltos necesitaba terminar fuerte. En los tres últimos asaltos, intenté encontrar su cuerpo. Hemos entrenado duro para este momento. Quiero dar las gracias a mi oponente. Es un hombre fuerte y un verdadero guerrero".
Kambrosos Jr elogió a su contrincante: “Es una leyenda de este deporte. Le respeto al máximo. Sabíamos a lo que nos enfrentábamos e hice todo lo que pude. No me avergüenzo. Quería terminar el combate de pie, la verdad. Lo di todo, pero no ha sido suficiente. No es ninguna vergüenza perder ante un hombre como Lomachenko".
Claro que no. El simple hecho de poder enfrentarse a una figura de la talla del europeo debe ser siempre motivo de orgullo en la carrera de todo profesional. La duda que se cierne ahora sobre Loma es si regresa para quedarse, manteniendo este nivel mostrado, o ha sido el último gran baile de uno de los mejores boxeadores de este siglo. El tiempo lo dirá, porque 'el tiempo vuela sobre nosotros, pero deja su sombra detrás'. Y la de Vasyl es alargada.
23 abr 2024
"¿De verdad pensabais que estaba loco?"
Cuando no esperas nada de alguien, es más fácil que te sorprenda. Ryan García es un boxeador profesional estadounidense que ha ganado popularidad por su talento en el ring y su presencia en las redes sociales.
Nacido el 8 de agosto de 1998 en California, García ha destacando por su velocidad y potencia en sus golpes. Además, es conocido por su carisma y su capacidad para conectar con los seguidores
Famoso por sus disputas públicas, alguna de ellas con su promotor Óscar De La Hoya, en la que expresó su descontento con la forma en que estaba gestionando su carrera, nunca tuvo problema en expresar sus inquietudes, bien sea con crípticos mensajes -calificó de anticristo a Elon Musk o al Papa Francisco I-, o comentarios polémicos sobre otros boxeadores.
Con una cuidada carrera, este aspirante a superestrella parecía vagar a la deriva tras naufragar en su primera gran prueba ante Gervonta Davis, en 2023, quien acabó con su invicto por la vía rápida y agrietó su credibilidad entre los críticos más exigentes, que no compraron la excusa de una supuesta lesión previa al combate. De estrella a estrellado, parecía que había alcanzado su límite.
Estancado en el trabajo y con una vida personal agitada entre divorcios, depresiones y ansiedades, Ryan no perdió la fe en sí mismo, ni en Jesucristo -a quien menciona constantemente en sus agradecimientos-, logrando mantener a flote sus ilusiones por demostrar lo que realmente tenía dentro. Se quitó el mal sabor de boca con un triunfo antes del límite ante el mexicano Óscar Duarte.
Y de nuevo una gran prueba llegaba ante él, nada menos que frente al campeón mundial superligero Devin Haney. Casi nadie daba un duro por García, y lo sabía. Lejos de hundirse con los malos augurios, se aprovechó de ellos y revirtió la situación a su favor de forma polémica y astuta. Puso la semilla y dejó que el sensacionalismo e histeria de las redes sociales, que tan bien conoce, hicieran el resto.
Comportamiento estrafalario en entrevistas, llegada al pesaje tomando una cerveza, no dar el peso pactado de 140 libras (63,5 kg) y ser sancionado con millón y medio de dólares por ello. "¡Qué falta de profesionalismo!", rugen las redes. Pero resultó que el loco estaba muy cuerdo, la cerveza era zumo de manzana y los kilos de más nunca le importaron.
“¿Por qué me voy a forzar a dar el peso si me podría debilitar?. Estoy aquí para ganar, eso es todo”. Y como nadie esperaba nada de él, sorprendió a todos. A Haney el primero, quien fue derribado y derrotado por primera vez en su carrera. Sorpresa, sorpresa. Ahora publicitan a Ryan García como la sensación del boxeo actual. Un tipo que no deja indiferente y atrae a las masas, que al final de eso se trata.
"Los cinturones no alimentan a una familia", afirmaba. Pero tal vez, ni antes era un desastre ni ahora es la luz que guía este deporte. No cumplir en el pesaje nunca debe ser algo loable, por mucho que forme parte de una ‘campaña publicitaria’ que ha revitalizado su carrera por la módica cantidad de millón y medio de dólares. Si Ryan quiere aprovechar este viento a favor, deberá centrarse en la categoría que mejor se ajuste a él y demostrar que se puede ser showman y respetado campeón.
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