Hasta hace poco, nadie dudaba del trato preferencial con el
que Julio César Chávez Jr era
obsequiado por parte del Consejo Mundial de Boxeo y, más en concreto, de su
presidente, José Sulaimán. Pero una
catarata de acontecimientos parecen haber resquebrajado esa relación. La
pérdida del campeonato mundial y el positivo por marihuana han abierto la caja
de los truenos.
Algo se nos escapa para entender el cambio de trato del
mandamás del CMB al ‘Hijo de la Leyenda’. Recordamos que
el propio Sulaimán era cauto sobre las
primeras informaciones acerca del positivo: "Para mi es un rumor todavía, pues ni la comisión de boxeo, ni ningún
laboratorio ha mandado ninguna confirmación". Lógico, uno de sus
principales negocios podía verse seriamente dañado.
"Esto afecta
muchísimo al boxeo y Chávez mismo. Espero que no sea cierto", recalcó.
Pero cuando el doping era más que evidente, prefirió elogiar la actitud del Junior, “Esto demuestra que ya andaba en malos caminos. La gente estaba hablando
de tés y él dijo: ‘soy responsable, voy a trabajar, me voy a rehabilitar’, y
eso es lo que para mí vale”. Siempre buscaba una actitud positiva.
Sabemos que un profesional ‘cazado’ en estas circunstancias
se enfrenta a una dura sanción, pero este caso es diferente, como podemos
imaginar. "No se suspenderá a Julio
por un tiempo definido, ya que eso no sería ayudarlo. La suspensión será por el
tiempo que el centro de rehabilitación indique”. A eso se llama tener tacto
en esta situación. Pero Chávez Jr se
muestra contrario.
No quiere ingresar en una clínica de desintoxicación porque
eso “es para drogadictos y yo no lo soy”,
ya que alega que fue un hecho aislado debido al uso de una gotas contra el
estrés. Sigue habiendo confusión al respecto. Pero Sulaimán airea los problemas privados de un boxeador al que
confesaba querer como a un hijo. Admite su decepción con el mexicano y no le
gusta su nueva forma de ser.
Llega a decir algo tan duro como que “desde que nació ha sido un pobre rico" y le acusa de que "lo que gana es para dárselo a los casinos. Ha
perdido la cabeza". Antes blanco, ahora negro. ¿Qué ha pasado aquí? Los
problemas se resuelven en casa y poco favor le hacen a Chávez los ‘amigos’ que
lanzan gasolina al incendio y lo tratan
como a un niño. La profesionalidad del Consejo queda dañada. Aún más.
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